Dolor después de la cirugía de columna
Aunque muchas cirugías de cuello y espalda tienen éxito, algunas finalmente fracasan. De las diversas causas del síndrome de cirugía de espalda fallida, algunas no se pueden prevenir. Por ejemplo, es imposible predecir la forma única en que responderá un paciente al tratamiento quirúrgico. Por otro lado, se pueden evitar otras causas, como el hecho de que el paciente no siga estrictamente las pautas de recuperación del cirujano.
Elegir al cirujano adecuado para evitar el síndrome de cirugía de espalda fallida
Una de las cosas más importantes que puede hacer antes de someterse a una cirugía de cuello o espalda es elegir un cirujano ortopédico o neurocirujano con mucha experiencia. Serán responsables de:
- Diagnosticar correctamente su condición
- Recomendar un procedimiento apropiado para la parte correcta de su columna
- Extracción del hueso o tejido problemático
- Asegurar correctamente cualquier hardware, si corresponde a su operación
- Limitar el impacto del procedimiento en los músculos y tejidos blandos de su cuello o espalda
Si alguna de estas tareas se realiza de forma incorrecta o incompleta, puede aumentar la probabilidad de FBSS. Para ayudar a reducir este riesgo, querrá trabajar con un cirujano ortopédico que tenga varios años (o incluso mejor, varias décadas) de experiencia y una certificación vigente. También querrá preguntar cuántas veces ha realizado el tipo específico de operación que está considerando, cuáles fueron los resultados y qué técnicas quirúrgicas se utilizaron. Este último factor es especialmente importante porque ciertos enfoques tienen tasas inherentemente más bajas de síndrome de cirugía de espalda fallida.
Tratamiento del síndrome de cirugía de espalda fallida con BEST Health System
En comparación con las cirugías tradicionales de cuello y espalda, las cirugías mínimamente invasivas generalmente tienen una tasa de fracaso más baja. Una razón es que los procedimientos mínimamente invasivos implican incisiones más pequeñas y menos cicatrices. El exceso de tejido cicatricial, que potencialmente puede comprimir los nervios espinales, es otra razón común por la que algunas personas experimentan molestias continuas después de una cirugía de cuello o espalda.
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