¿Qué es la enfermedad facetaria?
La enfermedad facetaria, también llamada artritis de la faceta o síndrome de la articulación facetaria, es el deterioro gradual del cartílago que rodea las articulaciones facetarias de la columna vertebral. Hay una articulación facetaria a cada lado de cada vértebra. Estas articulaciones permiten que las vértebras se articulen y articulen libremente, lo que permite que toda la columna vertebral se doble y gire.
Las articulaciones facetarias están rodeadas de cartílago y un saco de líquido sinovial que mantiene la articulación lubricada. Gradualmente, el proceso de envejecimiento, además de factores como la obesidad, el género, la genética y las enfermedades, hace que este cartílago se degenere, lo que puede conducir a una variedad de problemas relacionados con las facetas que se describen en el siguiente artículo. Siga leyendo para obtener más información sobre esta condición debilitante y los tratamientos disponibles para ayudarlo a encontrar un alivio duradero.
Síntomas de la enfermedad facetaria
Como la enfermedad de las facetas hace que el cartílago de la articulación se desgaste y los huesos vertebrales adyacentes se rocen entre sí, pueden comenzar a desarrollarse espolones óseos. Los espolones óseos, que pueden desarrollarse en el espacio articular o a lo largo de las placas terminales de los cuerpos vertebrales, son crecimientos adicionales de hueso que pueden entrar en contacto con los nervios espinales cercanos o con la propia médula espinal. Si esto ocurre, se pueden presentar los siguientes síntomas:
- Hormigueo, entumecimiento o debilidad debido a la compresión
- Rigidez articular o bloqueo articular espontáneo
- Una sensación de hueso rozando contra hueso
- Dolor que se origina en las articulaciones o facetas
- Rango de movimiento reducido
- Inflamación de la articulación
Si experimenta alguno de estos síntomas hasta un punto grave, debe comunicarse con su médico de inmediato para obtener una referencia especializada.
Opciones de tratamiento
Muchos pacientes descubren que pueden controlar los síntomas de su enfermedad facetaria sin cirugía con tratamientos conservadores. Estos incluyen yoga, acupuntura, masajes, fisioterapia, analgésicos, manipulación quiropráctica, compresas frías/calientes y períodos de descanso intermitentes. Sin embargo, si su dolor y malestar no desaparecen después de varias semanas o meses de estos tratamientos conservadores, puede ser candidato para la cirugía.
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