Vivir con un disco roto
Si usted o un ser querido tiene una disco roto, también conocido como disco roto o herniado, probablemente esté familiarizado con el dolor y la incomodidad que puede causar esta afección de la columna. Los síntomas causados por esta afección pueden alejarlo de las personas y actividades que ama y dificultar las actividades básicas. Si le han diagnosticado esta afección y está buscando un alivio duradero, educarse a sí mismo como paciente es una parte importante, pero a menudo pasada por alto, del proceso de tratamiento. La siguiente información puede ayudarlo a tomar una decisión más informada sobre su tratamiento y brindarle la mejor oportunidad de volver a un estilo de vida activo.
La anatomía de un disco espinal
Para comprender las causas de un disco desgarrado, puede ser útil aprender más sobre cómo funciona la columna vertebral. Los discos de la columna amortiguan las vértebras y absorben el impacto causado por los movimientos cotidianos. Cada disco se compone de dos partes: una capa exterior resistente y un centro compuesto principalmente de agua y proteínas. Ambas partes sufren una serie de cambios degenerativos a medida que la persona envejece. El exterior de un disco puede volverse menos elástico, mientras que el interior blando puede perder contenido de agua. Estos cambios hacen que los discos sean más vulnerables a las tensiones que se les imponen todos los días, lo que provoca daños como protuberancias, desgarros y hernias.
Discos rotos y envejecimiento
A medida que envejecemos y nuestros discos comienzan a degenerarse, aumenta nuestro riesgo de desarrollar un disco desgarrado. Un desgarro de disco puede no ser doloroso por sí mismo, y los síntomas generalmente se desarrollan como resultado del material interno del disco que empuja a través del desgarro e irrita o comprime los nervios espinales. Cuando esto ocurre, puede experimentar los siguientes síntomas:
- Dolor (ya sea sordo o agudo)
- Debilidad
- Entumecimiento
- Hormigueo
- Espasmos musculares o calambres
Tratamiento de un disco roto
Hay varias opciones de tratamiento conservador disponibles, como analgésicos, ejercicio, fisioterapia y descanso prolongado. Estos métodos han brindado alivio a muchos de los síntomas incómodos que a menudo se asocian con una disco roto. Si sus síntomas no han mejorado después de semanas y meses de tratamientos conservadores, su médico puede derivarlo a un especialista quirúrgico para evaluar si es candidato para la cirugía. Antes de dar su consentimiento para un procedimiento en particular, considere un procedimiento ambulatorio mínimamente invasivo.
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