Las articulaciones facetarias son articulaciones en la columna vertebral que permiten que la espalda se doble, tuerza y flexione. Cada vértebra tiene una articulación facetaria que mira hacia arriba y hacia abajo envuelta en cartílago que lubrica y amortigua los huesos adyacentes. Las articulaciones facetarias sanas se deslizan suavemente una contra la otra para garantizar una articulación fluida de la columna vertebral. Sin embargo, si el cartílago entre las articulaciones se desgasta, es posible que ya no proporcione suficiente relleno para evitar que los huesos se froten entre sí. Esto puede provocar que las articulaciones se dañen e inflamen. La fricción prolongada también puede causar que se formen espolones óseos que exacerben los síntomas.
Diagnóstico de enfermedades facetarias
La enfermedad facetaria es un término que caracteriza el deterioro del cartílago entre estas articulaciones. Aunque una lesión traumática repentina puede causar degradación, suele ser el resultado del proceso natural de envejecimiento. Los síntomas de la enfermedad facetaria, también llamada osteoartritis de la columna, dependerán de la ubicación de la articulación dañada, pero las características comunes incluyen rigidez, dolor irradiado, palpitaciones, bloqueo de las articulaciones y crepitación, una sensación de crujido cuando los huesos se frotan. Si experimenta alguna de estas afecciones y sospecha que su malestar puede deberse a una enfermedad facetaria, consulte a su médico de atención primaria para comenzar el proceso de diagnóstico. Algunas de las pruebas más comunes utilizadas para identificar la enfermedad facetaria incluyen:
- Un examen en el consultorio, durante el cual el médico inspeccionará visualmente su columna vertebral, evaluará su rango y facilidad de movimiento, y presionará áreas específicas en su cuello o espalda para ver si son sensibles a la presión externa.
- Una radiografía determina si las articulaciones están agrandadas o se han formado espolones óseos.
- Una tomografía computarizada para medir el estado del cartílago.
- Una resonancia magnética para obtener una imagen más detallada del tejido blando alrededor de la articulación facetaria
- La inyección de un anestésico local en la articulación facetaria para ver si alivia el dolor.
- Análisis de sangre para descartar otras causas posibles de sus síntomas, como una infección o cáncer.
Tratamiento de la enfermedad facetaria
Después de que se haya realizado un diagnóstico de enfermedad facetaria, su médico podrá recomendar opciones de tratamiento para controlar su dolor. En muchos casos, los pacientes pueden encontrar alivio usando estrategias conservadoras, como medicamentos antiinflamatorios de venta libre, cambios en el estilo de vida y ejercicio. En algunos casos, la cirugía puede ser necesaria si otros métodos no logran reducir significativamente los síntomas. Si padece dolor crónico de cuello o espalda causado por una enfermedad facetaria, puede ser candidato para una cirugía mínimamente invasiva con BEST Health System.
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