Un disco prolapsado es una condición a la que comúnmente se hace referencia de varias maneras diferentes, que incluyen disco roto, hernia de disco y hernia de disco. Todos estos términos se usan indistintamente para indicar que una parte del material nuclear similar a un gel de un disco se ha filtrado hacia el canal espinal a través de un desgarro o división en la pared externa cartilaginosa en capas del disco. Esta condición puede ocurrir en cualquier nivel de la columna, pero con frecuencia se encuentra en la parte inferior de la espalda, donde las vértebras lumbares y los discos soportan gran parte del peso del cuerpo, y donde los movimientos continuos del cuerpo producen una tensión significativa en la columna con el tiempo.
La degeneración del disco a menudo ocurre en varias etapas y el prolapso del disco ocurre en una etapa relativamente temprana. Cuando un disco se vuelve más delgado, más seco o más débil debido a la edad o una lesión, puede comenzar a sobresalir más allá de su posición normal entre las vértebras. Esta condición puede conducir eventualmente a una hernia sorda o desgarro de la pared exterior del disco y la subsiguiente extrusión de material nuclear.
Si cree que tiene un disco prolapsado u otra forma de daño en el disco, como una hernia de disco en la columna, debe comunicarse con su médico para recibir un diagnóstico adecuado y analizar las posibles opciones de tratamiento. Su médico puede responder cualquier pregunta que tenga y ayudarlo a dar un paso hacia el alivio del dolor.
Causas de un disco prolapsado
Una lesión traumática de la columna puede causar un prolapso de disco, pero la afección suele estar relacionada con el desgaste normal que ocurre con el tiempo en las partes de la columna. Si bien el estrés acumulativo en la columna es inevitable, se ha demostrado que ciertos factores aumentan la probabilidad de que un individuo desarrolle un prolapso de disco, como la herencia, la actividad repetitiva, la actividad prolongada, un peso no saludable y el tabaquismo.
Como parte del proceso natural de envejecimiento, el contenido de agua dentro de los discos comienza a disminuir lentamente. Cuando un disco se deshidrata, pierde flexibilidad y se vuelve quebradizo, y es menos capaz de soportar las presiones normales que ejercen las vértebras situadas inmediatamente por encima y por debajo de él. Como resultado, puede ocurrir una reacción en cadena en la que el material interno similar a un gel del disco comprometido ejerce presión sobre la pared exterior resistente y fibrosa que normalmente lo contiene. A medida que aumenta la presión sobre la pared del disco ya debilitada, su integridad puede verse comprometida. Puede comenzar a formarse un desgarro, generalmente comenzando en el interior del disco y avanzando hacia afuera. Esto hace que el material del disco interno se salga por la abertura, lo que provoca un prolapso del disco.
Síntomas de un disco prolapsado
En muchos casos, un disco prolapsado es asintomático y no se detecta, lo que le permite continuar con su vida diaria como de costumbre. Sin embargo, si el material del disco extruido irrita las terminaciones nerviosas en la pared del disco o afecta una raíz nerviosa adyacente o la propia médula espinal, puede producir síntomas incómodos como molestias localizadas y dolor irradiado, hormigueo, entumecimiento, rigidez y debilidad muscular.
Los síntomas que surgen cuando el material del disco extruido irrita o comprime el tejido neural sensible pueden manifestarse localmente o en cualquier otra parte del cuerpo, según el área del cuerpo afectada por la raíz nerviosa comprimida. Hay 31 pares de raíces nerviosas situadas a lo largo de la columna, incluidas ocho en la columna cervical, 12 en la columna torácica, cinco en la columna lumbar, cinco en el sacro y una en el cóccix.
Opciones de tratamiento
El tipo de tratamiento de prolapso de disco recetado por un médico dependerá de la gravedad y la ubicación del disco dañado. La mayoría de los pacientes descubren que los síntomas del prolapso de disco se pueden tratar de manera conservadora con modificación de la actividad, fisioterapia, analgésicos y medicamentos antiinflamatorios. Además, muchos pacientes encuentran que los tratamientos alternativos como la acupuntura, la terapia quiropráctica y los masajes son muy efectivos.
Para el dolor severo o debilitante, un médico puede recomendar una serie de inyecciones de corticosteroides que pueden reducir la inflamación dolorosa para producir un alivio que dure semanas o meses. La terapia conservadora puede resultar ineficaz para ayudarlo a encontrar el alivio de los síntomas.
Si estas opciones conservadoras no ayudan, puede ser candidato para la cirugía. Si está interesado en obtener más información sobre los procedimientos quirúrgicos para un disco prolapsado que se ofrecen a través de BEST Health System, comuníquese con nuestro equipo hoy.